En la actual coyuntura económica, en la que los políticos, cada vez menos, saben por donde salir. Ayudados por los periodistas que lo único que hacen es vigilar su chiringuito sin ruborizarse lo mas mínimo y donde dije digo, pues digo Diego y ya está, hay que meditar las consecuencias de cada decisión.
Si deciden parar la construcción, sufren el frenazo los albañiles, los fontaneros, los electricistas, los yeseros, los escayolistas, los fabricantes y tiendas de muebles, los fabricantes y vendedores de electrodomésticos, los carpinteros, los transportistas, las empresas que venden material de construcción, las fábricas de cemento, ladrillo, etc.
Si deciden no realizar ninguna oposición más (quizá si sea cierto que sobran funcionarios), pero ¿que van a hacer con todas las academias y preparadores de oposiciones?. ¿tienen plan B?, o simplemente han decidido: ¡¡Pues que se vayan al paro!!.
Si deciden que un sector estratégico como el del automóvil no puede recibir mas ayudas y el crédito para comprarse un vehículo no fluye se irá muchísima gente al paro (que así ha sucedido).
Pero si además, deciden, subir la gasolina, poner mas multas, subir los impuestos y no dar facilidades el resultado es:
Calles antes atascadas de tráfico, ahora vacías por completo.
Parkings y Garajes semivacíos.
Talleres arruinados
Coches sin revisión circulando, muchas veces con los neumáticos o los frenos en paupériimo estado.
Si no hay savia el árbol no crece y a este pasó, definitivamente, se está muriendo.
¿Cual es la solución?.
Recortar de verdad la administración, bajar impuestos a los trabajadores y legislar los sectores.
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